Guerra de Ucrania – Día 936

Durante la última jornada de guerra en Ucrania, la noticia del día ha sido, sin lugar a la duda, el decreto aprobado por el presidente ruso, Vladímir Putin, que contempla el aumento en el tamaño de las Fuerzas Armadas del país hasta los 2.389.000 integrantes. Dicho esto, y mientras los combates continúan a lo largo y ancho del frente, con especial virulencia en Kursk y en Pokrovsk-Kurajove, Zelenski ha hablado sobre el «Plan para la Victoria de Ucrania», en el que el Gobierno del país está trabajando. Además, se ha producido una polémica entre Rusia y Ucrania tras invitar este último país al personal de las Naciones Unidas a visitar las partes ocupadas de la región de Kursk, Dinamarca y Letonia han hecho anuncios referentes a próxima ayuda militar y desde la Unión Europea trabajan en un plan para recaudar hasta 40.000 millones de euros en préstamos para Ucrania ante de fin de año, como forma de ayudar a sostener su economía.

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Durante la última jornada de guerra se ha producido una noticia que no por esperada, deja de ser importante: el presidente ruso, Vladímir V. Putin ha firmado un decreto en virtud del cual el tamaño de las Fuerzas Armadas rusas deberá pasar de 2.209.130 a 2.389.000 integrantes, de los cuales 1.500.000 deberán ser militares, frente a los 1.320.000 que la ley marcaba hasta ahora.

Como decíamos, se trata de una medida esperada desde hace tiempo por diversas razones. En primer lugar, las causas profundas tienen que ver con la erosión sufrida por las Fuerzas Armadas rusas a consecuencia de la guerra de Ucrania. Esta última, como hemos defendido en informes y libros, si bien es responsabilidad última del Kremlin, ha beneficiado a los aliados de Ucrania, en tanto han encontrado la vía para desgastar el poderío militar ruso a un coste más que aceptable.

Como resultado, ha venido ocurriendo algo que anunciamos en las conclusiones a nuestro primer volumen: la capacidad de disuasión convencional rusa ha quedado hecha añicos, lo que por una parte implica que cada vez hay menos distancia entre lo convencional y lo nuclear, aumentando el riesgo de escalada. Es decir, que el Kremlin, como ocurriera en los 90, y dada su incapacidad convencional en relación por ejemplo con la OTAN, que se beneficia de unas capacidades aeroespaciales y navales muy superiores, se ve obligado a rebajar su umbral nuclear como única forma de garantizar la disuasión. Por otra, la situación fuerza al Gobierno de Putin a hacer ni más ni menos que lo que ha anunciado: incrementar el tamaño de sus fuerzas armadas supliendo con efectivos humanos lo que su industria y su economía no son capaces de hacer, esto es, construir un número suficiente de armas y sistemas de armas para equipar las unidades con material moderno.

Ahora bien, la cosa no queda ahí, pues la decisión del Kremlin implicará que a corto plazo sus Fuerzas Armadas crecerán en tamaño, algo de aplicación directa en Ucrania, en tanto las unidades profesionales sí pueden combatir allí y, en cualquier caso, el país podrá defender mejor sus fronteras frente a nuevos intentos ucranianos de llevar la guerra territorio ruso. Al fin y al cabo, el Distrito Militar Central, que se está haciendo cargo por ejemplo de la contraofensiva de Kursk, por más que pueda permitirse este tipo de operaciones, ha sido muy tensionado (según algunos cálculos, en total participan hasta 38.000 efectivos en la operación, la mayoría de este distrito militar). No hay más que ver las dificultades para hacer frente a unos pocos miles de ucranianos y comparar con lo que debería ser su función principal: combatir de tú a tú con la OTAN.

El decreto presidencial, en cualquier caso, no será sencillo de implementar. Y es que, a pesar de tratarse de planes que eran de sobra conocidos, impondrán una presión adicional y creciente sobre la economía y la fuerza laboral rusas que estas no están en disposición de asumir con facilidad; tema sobre el que ha escrito recientemente Dara Massicot. De esta forma, aunque las unidades puedan formarse con los nuevos contratados y aunque puedan ser dotadas de material básico, Rusia no está en posición de proveer el número de carros de combate, blindados modernos u obuses necesarios para completarlas. De hecho, lo más dudoso no es que la medida llegue a ponerse en marcha, sino que este nivel de esfuerzo pueda ser mantenido una vez la guerra llegue a su fin, como es la intención de Putin.

Mientras tanto lo que tendremos, dado que la mera masa, como hemos visto, también juega un papel importante, es más «carne de cañón» a disposición del alto mando ruso. En este sentido, en una guerra que ha ido derivando progresivamente hacia una lucha de infantería, artillería y drones, disponer de mano de obra será importante para Rusia (sus avances durante el presente año se han sustentado en la capacidad de asumir enormes pérdidas), lo que supone a su vez que Putin está aceptando que la duración de la guerra pueda entenderse, como decía Kyrylo Budanov, durante todo 2025.

Cambiando a la otra actualidad, la que se vive sobre el terreno, en las últimas horas el Ministerio de Defensa de Ucrania asegura haber derribado 53 de los 56 drones tipo Shahed-131/136 (Geran-1/2) empleados por Rusia contra el país. Pese a ello, se han registrado diferentes explosiones e incendios, algunos de consideración, como el que se ha producido en una zona boscosa al noroeste de la capital ucraniana y cuyas causas se desconocen (por supuesto, podría ser algo no relacionado), lo mismo que ha ocurrido en Járkov. Donde sí se habría registrado un impacto ha sido en Konotop.

Del lado ruso, lo primero que hay que reseñar es que el gobernador de la región de Kursk, Alexey Smirnov, ha declarado la evacuación obligatoria de los residentes en los distritos de Rylsky y Khomutovsky, debido al riesgo que entrañan las operaciones militares en marcha. La franja evacuada cubre unos 15 kilómetros desde la frontera con Ucrania.

Además de esto, se han producido daños en algunos edificios de Bélgorod debidos a la caída de proyectiles, posiblemente cohetes. Lo más impactante, sin embargo habrían sido, por una parte las explosiones que se han registrado durante la madrugada en la base aérea de Engelsk, en la región de Saratov, de las que se desconocen por el momento las consecuencias. Por otra, un acción que habría sido encabezada por unidades del GUR ucraniano y que habría tenido lugar en Alepo, Siria. Allí, al parecer, unas instalaciones empleados por Rusia para producir drones habrían sido dañadas por un artefacto explosivo, si bien hay escasa información al respecto.

Dicho esto, desde el Ministerio de Defensa de Rusia, en su parte diario han asegurado haber derribado un nuevo cazabombardero MiG-29 ucraniano, así como una bomba guiada Hammer de fabricación francesa, 20 misiles Vampire de fabricación checa y 13 vehículos aéreos no tripulados.

En cuanto a los combates y los movimientos, comenzamos como casi cada día por el sector más septentrional, el de Kursk. Allí, tenemos leves avances rusos tanto al noroeste como al este del sector, en este caso en Borski, aldea que habría pasado al menos parcialmente a estar bajo control del Ejército ruso. Los combates, en cualquier caso, continúan tanto en estas zonas, como en dirección a Glushkovsky, en donde los ucranianos habrían conseguido por su parte algunas ganancias. En este sector, por cierto, se han visto recientemente en servicio por parte de las AFU algunos Strv-122 y Strf-9040C donados por Suecia.

En el sector de Járkov, aunque no hay movimientos, sí se producen intercambios artilleros, de drones y combates esporádicos. En las últimas jornadas, Rusia ha bombardeado la zona industrial. Los ucranianos, por su parte, aseguran que la ofensiva ucraniana en Kursk ha servido para rebajar la presión sobre este sector, algo por otra parte sabido ya que el Ejército ruso movió unidades desde el mismo para hacer frente a las AFU en Kursk.

Distinta es la situación en la antigua línea Kupiansk-Svatove-Kreminna, pues allí los avances rusos, si bien se producen de forma muy lenta, son constantes en dirección al Oskil, estando cada vez más cerca como hemos venido explicando de dividir el despliegue ucraniano en la orilla oriental. En concreto, en las últimas horas se han vuelto a producir avances rusos en el área de Pischane, que siguen a los de días anteriores y que no solo consisten en acercarse al Oskil, sino también en ensanchar el saliente. Por el contrario, y al mismo tiempo, al sur de la línea, al oeste de Kreminna, se ha registrado un contraataque ucraniano a la altura de Torske mientras que se ha dado también un avance ruso hacia Nesv’ke.

Otro sector activo ha sido el de Siversk, en donde el Ejército ruso ha avanzado en Spirne, en dirección a Ivano-Darivka, si bien no parece contar con efectivos suficientes como para provocar un vuelco de la situación en un área en la que el terreno favorece a los defensores.

En el sector de Chassiv Yar, lo más importante de la jornada han sido los pequeños progresos rusos al sur, en el área de Ivanivs’ke; suficientes sin embargo para permitir al Ejército ruso cruzar el canal de agua dulce en esta zona, según algunas fuentes.

En el caso de Toretsk, apenas hay novedades, si bien persisten los ataques rusos, que se producen a diario tanto hacia el centro de esta localidad, como desde Druzhba o Niu-York.

Lo más relevante, una vez más, continúa teniendo lugar en Pokrovsk-Kurajove. Allí, por una parte, el Ejército ruso ha logrado avances hacia Hrodivka y Krasny Yar. Por otra, ha vuelto a atacar en dirección a Selydove mientras continúan con el asedio a Ukrainsk (recordemos que algunas fuentes daban la localidad por tomada ya ayer) y con los ataques en torno a Zhelanne Pershe, en donde habrían entrado ya. Al mismo tiempo, al sur, Rusia ha reanudado los ataques desde Heoríivka, tras las recientes pérdidas sufridas en las inmediaciones de esta zona, en dirección a Hostre.

Por último, en el sector de Vuhledar, Rusia ha lanzado nuevos ataques y conseguido progresos al sur de Konstyantynivka, al tiempo que sigue presionando al suroeste de Vodiane contra las instalaciones mineras, así como sobre la propia Vuhledar desde el noreste.

Contexto internacional, diplomacia y sanciones

La actividad internacional comienza hoy en las Naciones Unidas, pues si por una parte desde el Kremlin convocaron en su momento una reunión informal del Consejo de Seguridad para tratar la ofensiva ucraniana en Kursk, hace unas horas desde Ucrania han ofrecido permitir el paso a las zonas de esta óblast ocupadas tanto del personal de la propia ONU como de la Cruz Roja, para demostrar que cumplen estrictamente con el Derecho Internacional Humanitario. Una propuesta que desde Rusia ha sido tachada de «pura provocación», amén de decir que el personal de la ONU necesitaría de la autorización rusa para visitar la región.

De hecho, el ministro de Exteriores ucraniano se ha referido a este particular, asegurando que «Desde el primer día de la operación Kursk, las Fuerzas de Defensa de Ucrania demostraron su total apego al derecho internacional humanitario como ejército profesional con altos estándares y valores de libertad y vida humana. Garantizaron la asistencia humanitaria y el tránsito seguro de los civiles». Dicho esto, y al respecto, se ha pronunciado también el ex-ministro de Defensa de Rusia, Serguéi Shoigú, quien desde su actual puesto de jefe del Consejo de Seguridad ha reafirmado que Rusia no participará en ninguna conversación de paz hasta que Ucrania no abandone Kursk.

En otro orden de cosas, Zelenski ha hablado recientemente en su discurso diario sobre las reuniones mantenidas para preparar el «Plan de Victoria de Ucrania», que si bien no sustituye (o no debería), en los últimos tiempos parece estar teniendo más protagonismo que la «Fórmula de Paz» anterior. Al respecto, Zelenski ha dicho que «Durante el día hemos celebrado varias reuniones para preparar nuestro Plan de Victoria para Ucrania. Cada punto está lleno de contenido real: militar, político, diplomático y económico. Han participado personalidades clave de cada área. Los pasos necesarios para Ucrania ya están claramente definidos. Estos pasos nos darán la posición más sólida posible para lograr la paz, una paz real y justa. Para cada paso, tenemos una lista clara de acciones: qué es exactamente lo que se necesita y qué fortalecerá nuestros esfuerzos. No hay nada imposible en este plan. Más del 90% del mismo ya está elaborado. Este paquete integral garantizará el desarrollo adecuado de la situación no sólo para Ucrania, sino para todos los que en el mundo valoran el derecho internacional. La semana que viene presentaremos nuestro Plan de Victoria a nuestros aliados».

En cuanto a la ayuda internacional, dos noticias. Por una parte, desde Letonia han anunciado que el apoyo militar ascenderá a unos 40 millones de euros durante el presente ejercicio, lo que incluirá entre otros la entrega de nueve blindados, así como de drones, equipamiento individual y material de ingenieros. Un anuncio que ha sido rápidamente agradecido por el ministro de Exteriores ucraniano, Andrii Sybiha, en las redes sociales.

En relación, Sybiha ha agradecido también a Dinamarca –en el marco de una conversación telefónica con su ministro de Exteriores,  Lars Løkke Rasmussen– el apoyo que está prestando a Ucrania en diversas áreas, incluyendo el apartado militar. Dicho esto, el país nórdico ha anunciado hace unas horas que Ucrania recibirá el próximo lote de aviones de combate daneses F-16 a finales de este año o, al menos, así lo pretende el ministro de Defensa danés, Troels Lund Poulsen, que es quien ha hecho esta declaración.

Hablando de ayuda, desde la Unión Europea, aunque lo adelantamos en su momento, están trabajando en un plan destinado a recaudar hasta 40.000 millones de euros en préstamos para Ucrania, en este caso sin la colaboración de los Estados Unidos. Esperan lograr sus objetivos antes de fin de año, mientras la otra iniciativa estrella, la del uso de los activos rusos (el plan del G7, no el de la UE) continúa bloqueada y no es previsible que salga adelante debido a la posición de EEUU.

Por otra parte, no podíamos dejar de hacer una referencia al nuevo intento de asesinato contra el candidato republicano a la Casa Blanca, Donald Trump, toda vez que habría sido llevado a cabo por un sujeto que en su momento se presentó voluntario para luchar en Ucrania, siendo rechazado por su edad y falta de experiencia militar. El sujeto en cuestión, Wesley Routh, ha sido detenido y puesto a disposición judicial mientras el presidente ucraniano, al igual que ocurriese durante el anterior intento, ha criticado duramente el aumento de la violencia política, celebrando que Trump haya salido ileso.

Cambiando de tema, el todavía secretario general de OTAN, Jens Stoltenberg, ha concedido una suerte de entrevista a Foreign Policy, en la que ha abordado diversos temas relacionados tanto con la propia Alianza, como con el futuro de la guerra de Ucrania, incluyendo los lazos de de Moscú con Pekín, Pyongyang y Teherán.

Además, se ha producido un nuevo encontronazo diplomático entre Rusia y el Reino Unido, tras afirmar hace unos días ante la prensa el responsable de exteriores británico, David Lammy, que Rusia es un «estado fascista imperialista». En respuesta, la embajada rusa en el Reino Unido ha publicado una nota en la que afirma que «La Embajada rechaza enérgicamente las declaraciones despectivas del Ministro de Asuntos Exteriores británico, David Lammy, pronunciadas el 15 de septiembre durante una entrevista con un canal de televisión británico, en las que llegó a acusar a la dirección de la Federación Rusa de «fascismo imperialista». <…> Las declaraciones de David Lammy no ofenden principalmente a la dirección de nuestro país, sino a la memoria de quienes lucharon contra la «plaga parda» durante la Segunda Guerra Mundial, incluidos sus propios compatriotas. <…> Vale la pena recordar que la ideología del «fascismo», que se basa en teorías de superioridad racial, está estrechamente relacionada con los crímenes del nazismo alemán. Son precisamente esos crímenes a los que nuestro pueblo y los ciudadanos de otras ex repúblicas soviéticas pusieron fin con su heroísmo sin igual».

En otro orden de cosas, la empresa estadounidense Meta, propietaria de Facebook, Instagram y WhatsApp entre otros, ha decidido bloquear en todas sus plataformas a los medios estatales rusos RT y Rossiya Segodnya, citando su participación en operaciones encubiertas de influencia, un tema que hemos abordado en informes anteriores. La medida tiene gran importancia, toda vez que mucho del público objetivo de estos medios accede a ellos a través de mensajes en las redes sociales propiedad de Meta.

Por último, y a medio camino entre el apartado cultural, el diplomático y el humanitario, tenemos que en la República Popular de China las embajadas de Ucrania y Canadá han organizado un evento destinado a presentar el libro «vivir la guerra», en el que se habla entre otras cosas sobre los menores ucranianos deportados. El encuentro ha reunido a diplomáticos de 40 países, así como a la prensa y a personal de diversos think tanks.


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