Continúan multiplicándose los interrogantes a propósito de la ofensiva ucraniana en Kursk, si bien hay indicios para pensar que Ucrania estaría buscando simplemente hacerse con un territorio que utilizar como moneda de cambio en futuras negociaciones. Así las cosas, mientras los combates continúan intensificándose en esta región rusa y las tropas ucranianas continúan avanzando en dirección norte, Rusia sigue criticando el apoyo occidental a Ucrania. Además de esto, este último país ha llegado a nuevos acuerdos con Mauricio, Putin ha sancionado leyes que regulan el minado de criptomonedas o que amplían el número de organizaciones extranjeras consideradas «indeseables» y los Emiratos Árabes Unidos han introducido medidas destinadas a combatir a la «flota fantasma» que permite transportar el crudo ruso a pesar de las sanciones internacionales.
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Si las primeras 24 horas de ofensiva ucraniana fueron sumamente interesantes y, al mismo tiempo, permitían plantear numerosos interrogantes, transcurridas más de 48 horas desde el inicio de la operación en la región rusa de Kursk, la situación sigue estando protagonizadas más por las dudas que por las certezas. Por el momento, el número de unidades ucranianas empleadas sigue siendo limitado y la distorsión entre lo que llega del frente de batalla y la realidad de éste, probablemente alta.
Dicho esto, y más allá de enumerar los avances ucranianos, algo que haremos más adelante, cabe comentar algunos de los aspectos más destacables de la operación que las AFU mantienen abierta. Como de costumbre, intentando valorar todas las opciones, por desagradables que sean en algunos casos, pues no se trata aquí de jalear, sino de hacer un ejercicio de análisis y, en lo posible, de prospectiva. Así, respecto a las posibilidades y los interrogantes que se abren a nivel político-estratégico, en las últimas horas se ha discutido sobre los siguientes temas o se han planteado las siguientes hipótesis:
- La posibilidad de que Ucrania esté buscando crear una zona de «amortiguación» en torno a la región de Sumy, en territorio ruso (esa sería más bien la justificación de cara al exterior), pasando a controlar un territorio que, una vez iniciadas las negociaciones, pudiese utilizar como moneda de cambio (algo que el propio Zelenski ha sugerido). En este sentido, resulta indicativo que se hayan publicado informaciones relativas a la posible construcción de defensas por parte de las tropas ucranianas en torno a Sudza.
- La de que, unido a lo anterior, Ucrania busque ir un paso más allá, poniendo en peligro la ciudad de Kursk (capital regional, con algo menos de medio millón de habitantes y con un importante eco histórico), lo que no significa necesariamente tomarla. Sí, posiblemente, hacerse con la central nuclear al oeste de dicha ciudad, así como otras infraestructuras críticas, desde gasoductos a vías férreas, en este caso importantes para el dispositivo militar ruso en las regiones vecinas. Todo ello con la intención de utilizarlas como «moneda de cambio» de cara a unas posibles negociaciones.
- La de que toda esta operación no persiga más que un fin propagandístico y esté destinada a demostrar la debilidad rusa, alentar a los aliados a seguir ayudando a Ucrania, levantar la moral de las tropas, etc.
- El curioso papel de los aliados de Ucrania, que han hecho mutis por el foro en la mayor parte de los casos. Algo que indica que o bien apoyan la operación o que, a la espera de cómo se desarrolle, prefieren esperar y ver. El caso más significativo es el de los Estados Unidos, que podría no ver bien en principio -por el tema de la escalada- un ataque de este tipo pero que, ante la política de hechos consumados de Zelenski y compañía, ha optado por ponerse de perfil alegando que lo que está sucediendo es «consistente» con su política, mientras intenta atajar la crisis en Oriente Medio. Sin embargo, no es el único. Desde Alemania, conscientes de que parte del material entregado a Ucrania se está empleando en la ofensiva, han optado por hacerse los suecos, alegando que una vez en manos de Ucrania, vehículos como los Marder dejan de ser alemanes para ser ucranianos.
- El nuevo golpe a la credibilidad de Putin y de la propia Rusia en tanto que potencia (importante en relación con la escalada). Un Putin que, además, ha tenido que tomar medidas a buen seguro dolorosas, como conceder ayudas de 10.000 rublos a las personas que se están viendo obligadas a abandonar las zonas de la región de Kursk afectadas por los combates mientras, eso sí, la maquinaria propagandística asegura una y otra vez que los ataques ucranianos han sido derrotados. Con todo, es difícil que la figura del Presidente (que ha hablado hoy con el gobernador de Kursk) esté en peligro por ello, pues ha pasado por varias crisis de este estilo en los últimos años (recordemos la cabalgata de Wagner) y no solo ha salido indemne, sino que ha logrado reforzar la vertical del poder tras ello. Más fácil será, de hecho, que se continúe profundizando la «limpia» en el Ministerio de Defensa, dando vía libre para ello a Belousov.
Mientras que, a nivel puramente militar, merece la pena destacar:
- La notable labor de inteligencia y preparación previa: Esta operación, se mire como se mire, es resultado de un trabajo de meses. Un tiempo en el que se ha tenido que determinar cuál era el sector con más oportunidades de permitir una penetración rápida, cuál era el estado de las defensas y qué unidades estaban desplegadas en la zona, en el que se ha tenido que alertar a algunos aliados aunque sin dar detalles, en el que se han intercambiado con toda seguridad datos sobre el EORBAT ruso, etc.
- El apabullante éxito de la OPSEC ucraniana: En las últimas semanas, se han tenido no solo que mover tropas hacia la zona, para lograr la concentración suficiente, sino también que realizar numerosos vuelos de reconocimiento e incluso ataques previos, informar a los jefes de unidad y mil cosas más y todo ello se han hecho sin que se haya violado el secreto en ningún momento sobre la inminente operación. Además, se entiende, se habrán tomado medidas para aumentar la confusión entre las filas rusas alterando las comunicaciones, moviendo unidades hacia otros sectores, etc. De hecho, seguimos sabiendo más de la realidad sobre el terreno gracias a las fuentes rusas que a las ucranianas, lo que es significativo.
- La forma en que lo anterior ha contribuido a generar la sorpresa en todos los niveles: A pesar de que queda la duda de si Rusia esperaba una acción ucraniana en su territorio de algún tipo (recordemos la supuesta conversación entre Belousov y Austin), lo que está claro es que en absoluto estaban preparados para defenderse de un ataque ucraniano en Kursk, como en su día tampoco lo estaban en Járkov. Algo que salta más a la vista si se contrasta con la escasa sorpresa que supuso el ataque ruso hacia Vovchansk y nos habla, una vez más, de la superioridad ucraniana (Occidental) en todo lo relativo a la información, algo que ha sido una constante desde los días previos a la invasión.
- El buen uso de la guerra electrónica por parte de Ucrania: Esta se habría empleado de inicio, para perturbar las comunicaciones rusas, pero también para saturar el espacio electromagnético impidiendo que las armas de precisión o los drones rusos (aun así, es dudoso el número de estos disponible en Kursk) pudiesen mostrar su efectividad.
- El papel de los drones, quizá lo más interesante de todo, pues en esta ocasión en lugar de ser empleados para evitar el avance del contrario, podrían estar siendo empleados por primera vez para favorecer el movimiento, actuando en vanguardia de las pequeñas unidades y no solo realizando labores de interdicción a distancias de entre 10 y 20 kilómetros, sino también provocando el pánico y confundiendo a las tropas rusas respecto a la presencia de atacantes ucranianos en zonas a las que, en realidad, no habrían llegado. Aquí, hay que tener en cuenta que un único pelotón puede, en puridad, utilizar decenas de drones en una jornada, mientras va cambiando su posición o incluso sus binomios se dispersan. Es, como decimos, un aspecto particularmente interesante, pues aunque el campo de batalla transparente es un hecho en muchos lugares y la defensiva se ve favorecida en un contexto protagonizado por la multiplicación de drones de observación y de ataque, las posibilidades ofensivas siempre estuvieron ahí, algo sobre lo que se ha venido teorizando desde tiempo atrás, si bien por el momento no se había intentado aplicar a gran escala. En este caso concreto, si bien es pronto para juzgar que Ucrania haya encontrado la mejor forma de aprovechar los drones para devolver la movilidad al campo de batalla, al menos hay indicios de que se han utilizado de forma innovadora y de que, si se logra la sorpresa, pueden ser un plus importante.
- En relación con lo anterior, la puesta en práctica de nuevas tácticas y la formación de unidades de asalto específicamente preparadas para lo que algunos denominan como «Operación Kursk», que estaría al mando del general Dmytro Krasynilkov.
- También es interesante, el posible aprovechamiento ucraniano del tempo, pues la ofensiva en Kursk se habría producido cuando, a pesar de los avances rusos más recientes, el «punto culminante» del esfuerzo ruso ya se habría producido (y ya sabemos lo que viene tras él) tras varios meses a la ofensiva y con varias proyecciones negativas respecto a su capacidad de reclutar más hombres (salvo que se decrete una movilización) y, por supuesto, en relación con la disponibilidad de material.
Por último, en relación con los posibles problemas que podría afrontar Ucrania tras realizar una apuesta tan arriesgada, tenemos:
- Carencias logísticas: A cada kilómetro que avanzan, las tropas ucranianas deben estirar sus líneas logísticas en terreno hostil. Dada la multiplicidad de sistemas en servicio con sus Fuerzas Armadas y el hecho de no disponer por ejemplo de ferrocarriles o vías de gran capacidad, sostener a las unidades en vanguardia supondrá un reto que se dejará notar según los recursos de partida se vayan agotando y estas dependan cada vez más de los suministros.
- Posible falta de unidades como para lograr una explotación completa: Está claro que Ucrania ha mantenido -ayer y en informes previos hemos hablado de ello varias veces- unidades en reserva, a la espera de una oportunidad y que las está aprovechando. Sin embargo, a diferencia de lo que ocurría en primavera de 2023, en esta ocasión se desconoce su número total y el estado de alistamiento. Lo que está claro es que, por más que se den cifras sobre X brigadas participando en la ofensiva, nada indica que se trate de las unidades al completo, sino de un número indeterminado de compañías o incluso batallones que forman parte de estas.
- La posibilidad de que desde el Kremlin se decida escalar el conflicto, por ejemplo mediante una nueva movilización.
- La posibilidad de que desde Rusia recurran -de hecho lo están haciendo- a unidades del DMO, el FSB, la Guardia Nacional y a efectivos de Akhmat o Wagner (en primer lugar los que continuaban en Bielorrusia) para frenar a Ucrania, en lugar de retirar un número suficiente de unidades de Donetsk (algo que parece que también están haciendo), lo que sería muy positivo para las unidades de las AFU comprometidas en la defensa de esta región. No obstante, es muy posible que los ucranianos hayan descontado esta posibilidad, así como las posibles pérdidas adicionales en dirección a Pokrovsk o Toretsk que pudiesen derivarse de la continuación de los ataques rusos allí.
- Las consecuencias políticas de la decisión de atacar Rusia, que podrían restar apoyos internacionales a Ucrania. Y es que, si bien hay cierta idea de justicia en el hecho de que Ucrania penetre en territorio ruso, esto no tiene necesariamente que ser bien visto por todos los demás Estados, incluyendo algunos de los que han mostrado su apoyo a Ucrania en el pasado. Además, en relación con esto conviene pensar si el relativo fracaso de la Cumbre de Paz Global no ha hecho que desde Kiev hayan desistido de la vía diplomática, en el convencimiento de que el apoyo internacional que pensaban conseguir para la implementación de la «Fórmula de Paz» de Zelenski nunca será suficiente, incluyendo dentro de dicho apoyo los múltiples acuerdos de seguridad firmados. A colación, y por el momento, Rusia ya convocado una reunión informal del Consejo de Seguridad en la que seguro que se trata lo ocurrido en Kursk.
- El hecho de que Rusia, en lugar de avenirse a negociar, entienda que lo ocurrido en las últimas horas en una confirmación de sus temores respecto a Ucrania, frustrándose así unas hipotéticas negociaciones de cara a las cuales se habían dado ciertos pasos, al menos en términos de cambios en el discurso.
Como quiera que han ocurrido más cosas en relación con la guerra de Ucrania, además de la ofensiva sobre Kursk, es necesario decir también que en las últimas horas se han lanzado varias alertas en Ucrania provocadas por el lanzamiento de drones Shahed por parte rusa. De hecho, se ha hablado de explosiones en Dnipró y en Pavlohrad. El Ministerio de Defensa de este país, sin embargo, no ha publicado ningún conteo oficial.
Del lado ruso, se han reportado explosiones en Mariúpol. Además, una persona habría muerto en la localidad de Bessonovka, en la región de Bélgorod, tras un ataque ucraniano. También, ya en la propia ciudad de Bélgorod, en el distrito de Kreyda, ha ardido un vehículo tras el posible impacto de un dron, así como una vivienda en Schebekine. Por otra parte, desde el Ministerio de Defensa de Rusia han asegurado haber derribado «un avión MiG-29 de la Fuerza Aérea de Ucrania y también destruyeron 12 misiles HIMARS de fabricación estadounidense y 80 vehículos aéreos no tripulados, incluidos 21 fuera de la zona de operación militar especial». Además de todo esto, durante la noche Ucrania ha llevado a cabo un ataque contra el aeródromo de Lipetsk (solo ahora Rusia comienza a mostrar interés en construir refugios endurecidos para sus aeronaves) del que todavía se desconocen las consecuencias, pero que recuerda mucho a lo ocurrido en Morozovsk días atrás.
Dicho lo anterior, y pasando a los movimientos y los combates, sigue siendo mucha la niebla de guerra en torno a los avances ucranianos en Kursk. Las diversas fuentes difieren especialmente respecto al grado de control que las AFU ejercen sobre algunas zonas y la superficie total bajo su dominio, que algunas fuentes estiman ya en más de 450 kilómetros cuadrados y otras en apenas un tercio (por comparar, el término municipal de Madrid se extiende hasta los 604 kilómetros cuadrados y la superficie de la óblast de Kursk -de los más pequeños de Rusia- es de de casi 30.000 kilómetros cuadrados). En cualquier caso, parece que al menos han caído más de una decena de localidades bajo poder de las AFU. Además, se siguen reportando diversos incidentes, como explosiones, en áreas cada vez más alejadas, como Rylsk y acciones ucranianas de interdicción como la que puede verse en el tuit sobre estas líneas. También, por supuesto, ataques con drones desde ambas partes.
Más allá de esto, en el sector de Siversk también se han reportado nuevos ataques rusos contra Verkh’okam’yans’ke, Vyimka y Pereizne, por el momento únicamente con avances en dirección a esta última población, en donde habría comenzado a combatirse.
Al sur, en el sector de Chassiv Yar, no se han registrado novedades, lo que no implica que no se hayan producido combates.
Al noroeste de Gorlóvka, después de los últimos contraataques ucranianos en Niu-York y Zalizne, se han seguido produciendo intentos rusos especialmente desde esta última localidad y desde Pivnichne, en dirección a Toretsk, localidad que intentan también rodear desde el sur.
En el sector de Pokrovsk continúa la ofensiva rusa, por el momento indiferente a la situación en Kursk, con nuevos ataques rusos contra Lysychyne y Zhelanne. Además, al sur de este sector se han producido combates también en dirección a la localidad de Karlivka.
Contexto internacional, diplomacia y sanciones
El apartado internacional, durante esta última jornada y al igual que en la de ayer, está íntimamente ligado a lo ocurrido en Kursk, aunque ya hemos tratado suficientemente el asunto en la primera parte del informe. Ahora bien, conviene abundar en la solicitud, por parte de Rusia, de una reunión informal del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas que se celebrará el 13 de agosto y que se ha convocado bajo la «fórmula Arria», pues su objetivo será debatir lo que en Moscú denominan «crímenes de Kiev», en relación con la ofensiva en Kursk, que habría dejado varias bajas entre los civiles rusos.
Además, y en relación, desde Rusia y tras la muerte del periodista ruso Evgeny Poddubny, la portavoz de Exteriores ha denunciado lo que considera una «cacería» de periodistas por parte del «régimen terrorista de Zelenski». De hecho, la rusa ha ido más allá, declarando que Ucrania estaría atacando a aquellos «representantes de los medios de comunicación rusos y corresponsales de guerra cuyos informes son evidencia documental de las atrocidades cometidas por las formaciones armadas ucranianas contra los civiles», todo ello con «el consentimiento tácito de Occidente».
Siguiendo con Rusia, aunque en otro orden de cosas, desde este país su presidente ha tomado nuevas medidas contra las organizaciones que el régimen considera «indeseables», sancionando la ley que amplía el número de estas.
Además, Putin ha firmado también la ley que legaliza el minado de criptomonedas en Rusia, aunque únicamente las personas jurídicas y los empresarios individuales (se entiende que autónomos), tendrán derecho a minar, así como aquellas personas que sin estar incluidas en el registro de personas con derecho a ejercer esta actividad la lleven a cabo, siempre y cuando no superen los límites permitidos de consumo energético impuestos por el Gobierno ruso.
Continuando con Putin, que ha tenido un día ocupado, también ha firmado la ley que permitirá que las entidades bancarias extranjeras abran sucursales en Rusia. Una ley que establece sin embargo limitaciones, ya que estas entidades «no podrán realizar operaciones bancarias ni transacciones con personas físicas, incluidas las registradas como empresarios individuales». Además, «las sucursales de bancos extranjeros deberán constituir un depósito de garantía por un monto de al menos 1.000 millones de rublos para garantizar el cumplimiento de las obligaciones contractuales».
A propósito de la economía rusa, y también de las sanciones, en las últimas horas ha sido noticia el que un grupo de aseguradoras occidentales haya seguido proporcionado cobertura a los petroleros que transportan crudo ruso, manteniendo el flujo de crudo procedente de este país después de que muchos en el sector comercial se retiraron por temor a violar el límite de precios del G7. En concreto cinco aseguradoras, entre ellas American Club, West of England y Gard, proporcionaron cobertura a 10 petroleros que navegaron de Rusia a Asia durante la primera mitad del presente año.
Como curiosidad, y sin salir del tema naval, desde los Emiratos Árabes Unidos han introducido una prohibición a la recalada en los puertos de este país de aquellos barcos que lleven la bandera de la nación africana de Esuatini (Suazilandia, que no dispone de salida al mar, por cierto, aunque sí abandera embarcaciones), con la intención de luchar así contra la «flota fantásma» que transporta petróleo ruso.
Pasando a Ucrania, desde el Ministerio de Exteriores de este país han respondido a la decisión de Níger de romper relaciones diplomáticas y a los argumentos dados por el país africano, afirmando que Ucrania rechaza categóricamente cualquier acusación de su supuesto «apoyo al terrorismo internacional, violación de la Carta de las Naciones Unidas y del derecho internacional». Además, en la nota de prensa publicada, los ucranianos han asegurado que «Ucrania está sinceramente decidida a seguir desarrollando relaciones mutuamente beneficiosas con todos los estados africanos sobre la base de la igualdad, la no injerencia en los asuntos internos, el respeto de la soberanía y la integridad territorial de los estados dentro de las fronteras internacionalmente reconocidas, el estricto cumplimiento del derecho internacional y los Objetivos y Principios de la Carta de las Naciones Unidas».
Hablando de diplomacia, el ministro de Exteriores ucraniano, Kuleba, ha anunciado que su país y Mauricio han acordado comenzar a trabajar en acuerdos bilaterales para proteger las inversiones y evitar la doble tributación, en el marco de una visita a Port-Luis durante la cual se ha reunido con el primer ministro del país, Pravind Kumar Jugnauth. Además, se ha visto también con su homólogo, Maneesh Gobin, con quien ha acordado fomentar las inversiones de Mauricio en Ucrania, de forma que la recuperación económica de este país se vea favorecida. Todo ello en una jornada en la que Kuleba ha mantenido también una reunión telefónica con su homólogo noruego, Espen Barth Eide, en la que ha hablado sobre la implementación de la «Fórmula de Paz» de Zelenski y ha agradecido el aumento de la ayuda por parte de este país, así como su participación en la coalición para la entrega de F-16 a Ucrania.
Precisamente, a colación de la «Fórmula de paz», este ha sido uno de los temas tratados en la reunión mantenida por el jefe adjunto de la Oficina del Presidente de Ucrania con una delegación de parlamentarios brasileños. La intención de Ucrania pasa por conseguir que Brasil abandone su equidistancia (que muchos catalogan de cercanía a Rusia) y se implique en la implementación de dicha fórmula.
Pasando a la ayuda internacional, desde Bulgaria se ha anunciado que sus militares podrán participar en el entrenamiento de los militares ucranianos cuando este se produzca en otros Estados miembros de la OTAN. Así, según el comunicado del Gobierno búlgaro «con esta decisión Bulgaria expresa su apoyo a Ucrania, defiende los valores euroatlánticos y confirma su solidaridad con los esfuerzos comunes en favor de la paz y la seguridad internacionales».
Cerramos hoy con el tema humanitario, pues Danielle Bell, jefa de misión de las Naciones Unidas para la Vigilancia de los Derechos Humanos en Ucrania (HRMMU), ha declarado en el canal de televisión neerlandés NOS que hasta el 95% de los prisioneros ucranianos en Rusia habrían sufrido torturas.
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