Guerra de Ucrania – Día 875

Los rumores respecto a una posible transferencia de hasta una treintena de cazabombarderos F-16 a Ucrania por parte de Grecia se han multiplicado en las últimas horas. Al mismo tiempo, Bélgica y Alemania se han comprometido a donar nueva ayuda, en este caso destinada a la reconstrucción, en una jornada en la que la Comisión Europea ha aprobado la entrega a Ucrania de 4.200 millones de euros en concepto de ayuda financiera. En el apartado militar, las alertas aéreas han vuelto a escucharse por toda Ucrania, pero también en la península de Crimea, mientras desde Moscú el portavoz del Kremlin, Dmitry Peskov, asegura que la operación lanzada en la región ucraniana de Járkov no ha fracasado y que «seguirá hasta el final».

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Desde Grecia, aunque no se ha confirmado oficialmente, han arreciado en la última jornada los rumores –en realidad viene hablándose de ello desde hace 48 horas, debido a una noticia publicada por el medio Al Jazeera– relativos a la posible donación de hasta más de una treintena de cazabombarderos F-16 a Ucrania. Sería el mayor paquete de ayuda concedido por los helenos desde el inicio de la guerra y, sin duda, un enorme empujón para las Fuerzas Armadas ucranianas, que verían así cómo el número de aparatos comprometidos se acerca al centenar, en un momento en el que las primeras unidades están ya camino al país (sus peticiones, en cualquier caso, siguen siendo de 200 aparatos).

Los helenos –a cuya Fuerza Aérea dedicamos hace un tiempo un extenso artículo-, cuentan con una de las flotas de F-16 más capaces del planeta, si bien hasta el momento, dada su particular situación (marcada por la enemistad con Turquía), se habían negado a enviar grandes cantidades de material propio a Ucrania –o material que consideraban imprescindible-, eligiendo otras vías para ello, pues desde Atenas sostenían que renunciar a sistemas como los F-16, consideran necesarios para compensar a la también extensa flota de cazabombarderos turca, sería el equivalente a un suicidio.

Poco a poco, sin embargo, la actitud de Grecia ha ido cambiando, debido a distintas razones. Para empezar, la percepción de su sociedad respecto de Rusia ha ido cambiando con el paso del tiempo. Así «Según Dianeosis, un centro de estudios con sede en Atenas, aproximadamente el 70 por ciento de los griegos tenía una opinión favorable de Rusia antes de la guerra en Ucrania. Esa cifra se redujo al 50 por ciento después de la invasión de 2022 y al 30 por ciento el año pasado».

Y para seguir, porque si hacemos memoria, durante la última visita del primer ministro heleno a Ucrania se produjo un ataque ruso con drones y misiles que más de uno consideró un aviso dirigido directamente contra este político y contra el pueblo helenos, lo que habría ayudado a acelerar el cambio de actitud, animando a Grecia a apartarse de su tradicional equidistancia con cada vez mayor convicción.

Recordemos que, anteriormente, los griegos eran un importante cliente militar de Rusia, manteniendo en servicio por ejemplo sistemas antiaéreos S-300 o buques de desembarco de colchón de aire Zubr, entre otros. Sin embargo, de un tiempo a esta parte, cada vez más desde Atenas han ido acercándose a otros aliados OTAN y UE en lugar de mantener la equidistancia de la que hablábamos, pues entienden que en estos momentos no tienen nada que ganar manteniendo su relación con Moscú, en un mundo cada vez más compartimentado.

Algo que se ha dejado notar también en su actitud respecto a Ucrania, pues si bien Grecia había concedido hasta ahora ayuda con cuentagotas -y siempre después de arduas negociaciones, consiguiendo en todos los casos que el material entregado fuese reemplazado por otro superior (como en el caso de los BMP-1) algo para lo que entraban en juego otros aliados como Estados Unidos o Alemania, que en este caso ofreció Marder a cambio-, esto parece estar cambiando.

Esto podría ser importante, pues Grecia era y es de los pocos Estados miembros de la Unión Europea que no solo contaba con amplios stocks tanto de sistemas como de municiones, sino que, además, los tenía de calibres tanto OTAN como soviéticos. De ahí que los ucranianos hayan pedido a los helenos, durante los últimos dos años «sistemas Patriot y S-300, piezas de repuesto para los cazas F-16 y cazabombarderos F-16, lanzacohetes RM-70, equipamiento de ingenieros, sistemas antibuque Harpoon, disparos de artillería de 155, 152, 122 y 102 mm, granadas de mortero y proyectiles antitanque de 125, 120, 105, 30, 35 y 40 mm.

En cualquier caso, a la espera de que se den cifras oficiales -las fuentes ucranianas hablan no de 30 sino de 32 F-16 a entregar en el futuro-, será interesante ver cuál es la contraprestación, ya que los griegos difícilmente darán un paso que supondría un importante problema para su Fuerza Aérea sin haber obtenido a cambio compromisos de acceso a nuevos F-35 (la DSCA aprobó en el pasado la posible venta de hasta 40 aparatos) o, incluso, a más Dassault Rafale, aparato que también tienen en servicio.

Dicho esto, las últimas horas han vuelto a ser intensas en lo relativo a los intercambios de ataques. En el caso de Ucrania, las defensas aéreas habrían estado activas en diferentes puntos del país como Dnipró o Krivói Rog. Además, habrían derribado un dron sobre la capital, Kiev, si bien el alcalde de esta ciudad ha asegurado que no se han producido daños de consideración.

Por su parte, el Ministerio de Defensa ruso ha publicado acerca del supuesto derribo de hasta 33 drones aéreos ucranianos durante la pasada noche sobre Crimea, así como acerca de la neutralización de hasta diez drones navales que se dirigían hacia la península anexada por Moscú en 2014. Por el momento, lo único que se sabe es que se han escuchado explosiones en una de las bahías junto a la entrada de Sebastopol, así como en las inmediaciones del lago Donuzlav.

En cuanto a los combates, no hay apenas novedades procedentes del norte, esto es, del sector de Járkov, más allá de nuevos combates en Hlyboke. Sí un comentario interesante por parte del portavoz del Kremlin, Dmitry Peskov, quien ha asegurado que la ofensiva en esta región ucraniana -recordemos que Putin habló de que estaba dirigida a crear una zona de seguridad- no solo no habría fracasado, sino que seguirá «hasta el final». Sea o no, como explicamos en informes anteriores, a Rusia le interesa fijar en la zona al mayor número posible de unidades ucranianas para así crear oportunidades en otros sectores en los que sí están logrando avances.

Dicho esto, en la línea Kupiansk-Svatove-Kremmina, se han registrado ligeros avances rusos en la zona de Kyslivka.

En el sector de Bakhmut, por su parte, las tropas rusas han continuado adelante con su labor de consolidación, buscando reforzar su control sobre la orilla oriental del canal de agua dulce, en esta ocasión en la parte más septentrional, esto es, al norte de Kalinina.

En el caso de la zona al noroeste de Gorlóvka, la tónica ha sido la de las jornadas previas, con ataques rusos tanto en dirección a Torestk como hacia el centro de Niu-York, si bien en esta ocasión no se han reportado avances.

En cuanto al sector de Avdiívka, prosiguen allí los ataques y las ganancias rusas, por ejemplo en dirección a Lozuvastke o al noroeste de Novooleksandrivka, mientras se combate con ahínco en la localidad de Novoselivka Persha.

Por último, en este caso en las inmediaciones de Vuhledar, nos encontramos con una serie de acciones rusas que les habrían permitido avanzar en las inmediaciones de Volodymyrivka e, incluso, según algunas fuentes llegar a la carretera T-0524, si bien esto no está claro en absoluto, toda vez que el único vehículo que se habría acercado a esta habría resultado destruido en su intento.

Y antes de pasar al siguiente apartado, conviene hacer al menos una mención a que Ucrania ha aprobado en las últimas horas su nueva Estrategia de Seguridad Marítima. Un documento que, según Zelenski «refleja los cambios e innovaciones en materia de seguridad que hemos implementado, particularmente en el Mar Negro, y el desarrollo de nuestras fuerzas», en referencia a la forma en que Ucrania ha venido combatiendo, por ejemplo mediante el empleo de drones navales.

Contexto internacional, diplomacia y sanciones

En el apartado internacional, comenzamos hoy con la Unión Europea, pues desde la Comisión se ha dado luz verde, tras evaluar los pasos dados por Ucrania positivamente, a un pago de 4.200 millones de euros a través del Mecanismo para Ucrania, que permitirá apuntalar el sistema financiero de este país. Con este nuevo tramo, son ya más de 12.000 los millones de euros suministrados a Kiev en lo que va de año para sostener su economía y sus cuentas públicas por parte de los Veintisiete. La noticia, obviamente, ha sido rápidamente agradecida desde Ucrania.

A colación de la Unión Europea, representantes tanto de esta como de Ucrania han celebrado en las últimas horas el tercer «diálogo cibernético», que ha tenido lugar en Bruselas. Durante el mismo, subrayaron su firme compromiso con el marco de las Naciones Unidas sobre la conducta responsable de los Estados en el ciberespacio, basado en la aplicación del derecho internacional y las normas de conducta responsable de los Estados. Además, acordaron seguir fortaleciendo la cooperación en materia de diplomacia cibernética en los foros internacionales.

Además de esto, la mayoría de miembros del recién elegido Parlamento Europeo, que deben votar en breve si dan luz verde o no a que von der Leyen vuelva a presidir la Comisión, han adoptado una resolución en la que se recoge la necesidad de seguir suministrando apoyo a Ucrania, a la vez que han condenado la reunión de Orban con Putin.

Pasando al Reino Unido, allí el rey Carlos III ha pronunciado hace escasas horas un discurso en el que se explicaban, entre otras, las prioridades del nuevo gobierno laborista, todo ello en el marco de una ceremonia destinada a marcar la reapertura del Parlamento, tras las recientes elecciones. Así las cosas, durante su discurso, Carlos III subrayó que «el compromiso de Londres con la OTAN seguirá siendo inquebrantable» y que garantizará una «fuerte defensa», añadiendo que «Mi gobierno seguirá brindando todo su apoyo a Ucrania y a su pueblo, y buscará desempeñar un papel de liderazgo para brindar a Ucrania un camino claro hacia la membresía de la OTAN «.

En otro orden de cosas, durante la última jornada se ha cumplido el décimo aniversario del derribo del vuelo MH-17, lo que ha llevado a políticos ucranianos como el ministro de Exteriores, Dmitro Kuleba, a recordar este terrible suceso. Desde los Países Bajos, además, su nuevo primer ministro ha asegurado que seguirán persiguiendo a los responsables «contra viento y marea», hasta encontrarlos allí donde estén.

Además de esto, desde los medios internacionales ha seguido especulándose acerca del cambio de actitud ucraniano respecto a unas hipotéticas negociaciones con Rusia. Como explicamos, las palabras de Kuleba primero y de Zelenski después, adelantaban un cambio de actitud. De ahí que medios internacionales como Foreign Policy hayan publicado recientemente artículos en los que se intenta adelantar cuáles podrían ser unas condiciones de paz aceptables. Todo mientras Hungría, país que sigue siendo muy criticado por las acciones de su primer ministro en relación con Rusia o China, se habría ofrecido para albergar las conversaciones de paz, en caso de que se produzcan.

Curiosamente, y al respecto -pues uno de los elementos clave aquí será la actitud de los Estados Unidos-, mientras en este país parece que la victoria de Trump –que ha logrado una victoria absoluta en la convención republicana– está cada vez más cerca –y la figura de Biden cada vez más cuestionada, habiendo dado para colmo positivo en COVID y teniendo que cancelar varios actos– y los republicanos más señeros se muestran proclives al aislacionismo y el «America First», desde Ucrania hay quien asegura que el país encontrará la forma de seguir luchando y dotarse de soluciones militares independientemente de lo que ocurra en las elecciones de otoño.

Desde Rusia, por su parte, declaran seguir sin noticia alguna relativa a una segunda cumbre de paz que siga a la de Lucerna y, en cualquier caso, sostienen que se haga lo que se haga, deberá hacerse contando con este país.

Pasando a la ayuda internacional, Bélgica se ha comprometido a donar a Ucrania 150 millones de euros que serán destinados a la reconstrucción del país. Además, Alemania ha anunciado que destinará diez millones de euros a la reconstrucción del hospital de Okhmatdyt, atacado recientemente como explicamos en el preceptivo informe.

Por último, en las últimas horas se ha producido otro intercambio de prisioneros, que ha permitido que hasta 95 hombres tanto rusos como ucranianos, regresen a sus respectivos países. Como es habitual en estos casos, la noticia ha sido celebrada desde sus respectivos países, aunque llama la atención el perfil mucho más alto que estos intercambios tiene en el caso de Ucrania, donde normalmente son publicitados por la cúpula política.


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