Guerra de Ucrania – Día 594

El Ejército ruso ha redoblado en las últimas horas sus ataques sobre la localidad de Avdiívka, en la región ucraniana de Donetsk, además de lanzar una nueva oleada de drones Shahed, de los que únicamente durante el mes de septiembre empleó más de 500, marcando un nuevo récord. Más allá del frente, hoy se ha producido la visita de Zelenski a Bulgaria, en la cual finalmente no ha hablado frente al Parlamento, sin que se hayan dado explicaciones por este cambio inesperado en la programación. Además de lo anterior, hoy ha tenido lugar una nueva reunión en formato Ramstein y las autoridades finesas han declarado que los daños sufridos por los cables de comunicaciones y ductos que conectan este país y Estonia habrían sido provocados por la mano humana.

Una jornada más, Rusia ha lanzado una nueva oleada de drones Shahed (Geran-2) sobre el territorio ucraniano. Hasta aquí nada fuera de lo normal, pues además de ser algo que ocurre casi a diario, ya hemos explicado en alguna ocasión que estos ingenios permiten a Rusia volver a su favor la relación de costes, frente a los sistemas antiaéreos. Así, si bien un misil antiaéreo ucraniano es más rentable a priori que un avión de combate, lo cierto es que es notablemente más oneroso que un dron Shahed, lo que hace Ucrania y sus aliados deban invertir sumas considerables para proteger el espacio aéreo del país, mientras Rusia lo amenaza a un coste razonable.

Por poner un ejemplo, la última oleada, que habría constado de 36 drones, tendría un coste total de aproximadamente 720.000 dólares (20.000 por dron), suponiendo que la producción en masa no haya contribuido a reducir los costes durante este año largo de empleo. Por poner esta cifra en perspectiva, un solo misil antiaéreo de los empleados por un lanzador Hawk como los donadas por España, tuvo un coste de adquisición, en su día, de unos 250.000 dólares. Una cifra que puede crecer hasta en un orden de magnitud o más cuando hablamos de sistemas antiaéreos más modernos y capaces y de los misiles que emplean, caso de los Patriot. Además, está también el hecho de que normalmente, para asegurar el blanco, se lanzan dos misiles interceptores y no uno, lo que supone un coste añadido.

Por supuesto, estas son cifras sobre el papel. La realidad no suele ser tan extrema, en tanto los ucranianos no siempre se ven obligados a derribar los drones entrantes mediante carísimos misiles, sino que en muchas ocasiones pueden hacerlo a un coste razonable -e incluso favorable-, gracias a que han ido recibiendo artillería antiaérea tradicional, como los archiconocidos Gepard alemanes, que tan buen resultado han dado. Además, es muy posible que contra blancos lentos y poco maniobrables como los Shahed, después de toda la experiencia ganada, los operadores de los SAM ucranianos no necesiten emplear más que un misil. Sin embargo, esto no cambia demasiado la ecuación en el sentido de que Rusia, antaño obligada a emplear para los ataques sobre Ucrania misiles que eran en ocasiones más caros que los interceptores que les hacían frente, ahora se puede permitir tensionar a diario a la defensa antiaérea ucraniana a un coste más que asumible.

Más importante si cabe, la producción en el país, que ha costado tiempo lograr que eche a rodar a ritmo aceptable, está permitiendo que Rusia aumente de forma paulatina el número de drones Shahed (Geran-2) que lanzan sobre Ucrania. De hecho, si durante la campaña de ataques estratégicos del pasado invierno se emplearon alrededor de un millar de aparatos, únicamente durante el pasado mes de septiembre fueron 500 los utilizados, marcando un nuevo récord y adelantando la que podría ser la tónica durante los próximos meses. De ahí los llamamientos de las autoridades de Kiev y de ahí la pertinencia de la última donación hecha por España, a la que deberán sumarse otros aliados si se quieren garantizar las posibilidades ucranianas de sobrevivir al invierno, como ha hecho en las últimas horas Alemania.

En otro orden de cosas, hoy merece especial atención el caso de los cables submarinos y ductos dañados recientemente entre Finlandia y Estonia. Según las autoridades del primer país, lo ocurrido «no puede haber ocurrido por accidente», sino que parece ser el resultado de un acto «deliberado» y «externo». Así lo ha declarado al menos el presidente finés, Sauli Niinistö durante la jornada de hoy, aunque no ha dado muchos más datos.

Lo que sí se sabe, porque así lo ha publicado la primera Ministra estonia, Kaja Kallas, es que hay una investigación en marcha en la que participan ambos países. Además de esto, la ministra de Defensa de los Países Bajos, Kajsa Ollongren ha mostrado su preocupación y ofrecido la ayuda del país a la hora de investigar el incidente. Incluso la OTAN, de la mano de su Secretario General, Jens Stoltenberg, se ha manifestado al respecto, asegurando que la organización está compartiendo información y está listo para apoyar a los aliados afectados.

Por de pronto, la reparación del gasoducto -de 77 kilómetros de longitud- podría ocupar varios meses, según algunas fuentes. A diferencia de las explosiones que destruyeron Nord Stream, que fueron detectadas por estaciones de medición de terremotos, no hubo señales inmediatas de actividad sísmica cerca de Balticconnect, según datos de Norsar de Noruega y la Universidad de Helsinki. Ahora bien, no todas las fuentes dicen lo mismo, pues instituciones independientes como NORSAR aseguran haber detectado una explosión el pasado día 8 a eso de la 01:20 hora de Finlandia, lo que coincide con el momento en el que la presión del gasoducto se redujo.

Sea como fuere, es un incidente que recuerda en muchos aspectos al del Nord Stream y que, por las mismas razones, será difícil de atribuir pues, a día de hoy, y a pesar de la existencia de múltiples teorías al respecto, sigue sin esclarecerse ni quién fue el responsable último del ataque ni, como consecuencia, las intenciones reales tras el mismo.

Sobre el terreno, las últimas horas han dejado, como ya hemos adelantado, un nuevo ataque ruso con drones, centrado en el sur de Ucrania, lo que habría mantenido activas a las defensas antiaéreas en regiones como Odesa y Mikolaiv. Además de esto, un bombardeo ruso ha afectado a la estación de tren de Ocheteryne, en Donetsk, dejando su edificio principal completamente destruido. Del lado contrario, los ucranianos han lanzado sus propios drones sobre Crimea, alcanzando el distrito de Bakhchysarai.

Además de esto, son varios quienes piensan que Rusia se ha situado a la ofensiva en el este de Ucrania, con ataques tanto en la línea Kupiansk-Svatove-Kreminna, como al oeste de la ciudad de Donetsk. En el primer caso se han registrado enfrentamientos en dirección a Makiívka.

En el área de Bakhmut, si bien continúan los combates, no se han producido novedades de consideración.

La atención, de hecho, se está centrando en las últimas horas en torno a la ciudad de Avdiívka –aunque también se ha registrado actividad en Vuhledar-, la cual estaría siendo bombardeada con una intensidad sin precedentes mientras el Ejército ruso intenta lo que, según algunos, sería un asalto masivo, no sin sufrir contratiempos. La intención, según fuentes prorrusas, sería rodear la localidad, lo cual no parece factible a corto plazo. Hay que entender que, después de un tiempo con esta zona en relativa calma, lo que Rusia está haciendo no parece ser nada distinto a lo que intentara en otras tantas ocasiones, siempre con un resultado bastante discreto, cuando no pésimo. En este caso, la intención última rusa seguramente pase por atraer tropas ucranianas del eje de Orijiv, ganado algo de oxígeno entre Robotyne y Verbove. Mientras tanto, y además, ha trascendido un vídeo, publicado por cuentas rusas, en el que se aprecia a la infantería ucraniana en retirada. Sin embargo, ni es un vídeo actual, ni se ha tomado en la zona en la que se está combatiendo a fecha de hoy, sino en Kam’yanka, a varios kilómetros de la línea de frente.

Respecto al sur, por último, en el eje de Velyka-Novosilka únicamente se han registrado dos intentos rusos, tanto contra Staromaiorske como al este de Novodonetske, ambos sin novedad. En cuanto al eje de Orijiv, continúan las AFU con su esfuerzo sobre Kopani, Novoprokopivka y la zona entre esta localidad y Verbove, mientras Rusia contraataca desde ambas.

Contexto internacional, diplomacia y sanciones

Durante la jornada de hoy además de las declaraciones relativas a los daños que ha sufrido el gasoducto BalticConnector y un cable de comunicación submarino entre Estonia y Finlandia recogidas en la sección anterior, hay que destacar la nueva ayuda de Berlín a Kiev, la visita del presidente Zelenski a Rumanía y las declaraciones de Moscú sobre la situación en Israel.

En vísperas de la celebración de la 16ª reunión del Grupo de Contacto para la Defensa de Ucrania o de Ramstein, Alemania ha decidido incrementar su ayuda militar a Ucrania de cara al próximo invierno, en particular en lo que concierne a la defensa aérea. Se prevé que el nuevo paquete por importe de aproximadamente 1.000 millones de euros incluya sistemas Patriot, IRIS-T y Gepard adicionales, aunque Berlín ha ofrecido detalles adicionales.

En el caso de los IRIS-T se espera que un tercer y cuarto sistema se entregue en octubre, uno configurado para misiles guiados de medio alcance y el otro para corto alcance. Por otro lado, ha precisado que “en las próximas semanas” llegarán tres Gepard adicionales, 10 carros de combate Leopard 1A5, 15 vehículos de transporte de personal y 20 vehículos sanitarios. A lo anterior debe sumarse “más de 20 millones en vehículos, armas y equipamiento personal”.

Según el ministro de Defensa, Boris Pistorius: “Con este nuevo ‘paquete de invierno’, aumentaremos aún más la disponibilidad operativa de las fuerzas armadas ucranianas en los próximos meses”. Sin embargo, sigue sin satisfacerse la petición de Ucrania relativa al suministro de misiles de largo alcance Taurus.

Por otro lado, según The Wall Street Journal los senadores estadounidenses pretenden aprobar entre 50.000 y 100.000 millones de dólares en ayuda a Ucrania en las próximas semanas. Según los senadores, esto “dará confianza a Ucrania” y será mejor “desde un punto de vista político”. De ser así, la aprobación podría producirse entre el 16 de octubre, fecha en la que el Senado regresa tras su receso, y el 17 de noviembre, día en el que finaliza el actual proyecto de ley de gasto temporal. Por tanto, por el momento hay que esperar.

El gobierno de Ucrania ha aprobado una resolución para simplificar la importación de materias primas para la producción de municiones y componentes de vehículos aéreos no tripulados. Según el primer ministro Denys Shmyhal esto permitirá que se satisfagan las necesidades de Ucrania y permitirá aumentar la producción de drones. De cara al presupuesto de 2024, el Gobierno ha previsto que más de 48.000 millones de grivnas (1.240.632 euros) se destinen al reabastecimiento y desarrollo del ejército de drones.

El gobierno ha decidido ampliar el Proyecto “Asistente de Veteranos” a seis regiones más con el propósito de ayudar en el empleo, la formación y la protección social a aquellas personas que han regresado de la guerra.

Pasando a la agenda del presidente Zelenski, tal y como estaba anunciado, ha llegado a Bucarest, donde ha recibido en el aeropuerto por la ministra de Exteriores del país, Luminita Odobescu. Posteriormente, se ha reunido con el presidente rumano, Klaus Iohannis, y han acordado elevar sus relaciones a nivel de “asociación estratégica” pues consideran que es lo que refleja la verdadera escala de cooperación entre ambos países.

En cuanto a los resultados de su visita, Zelenski y Iohannis han firmado una declaración bilateral sobre su cooperación en materia de seguridad y, en particular, en el Mar Negro, la Fórmula de Paz, la ampliación de la cooperación económica y logística, la mejora del transporte, la facilitación del paso fronterizo entre Ucrania y Rumanía, la apertura de nuevos puestos de control y el acercamiento hacia sus comunidades nacionales.

El presidente Zelenski ha subrayado entre otras cuestiones que gracias al trabajo conjunto que están realizando se sitúan como importantes donantes de seguridad que garantizar en particular la seguridad alimentaria. En este sentido, ha incidido en que la seguridad alimentaria y estabilidad social de muchos países depende del funcionamiento normal de los “corredores solidarios”, los puertos del Danubio y de Odesa. Así, también ha hecho hincapié en que debemos realizar todos los esfuerzos posibles para prevenir a Rusia de convertir cualquier zona del Mar Negro y de la región del Danubio en una “zona muerta” para la navegación normal. Además, Zelenski ha anunciado que el “corredor de cereales” desde Ucrania a través de Moldavia hasta Rumanía se lanzará pronto.

Pasando a otro de los resultados de su visita, Zelenski ha confirmado que los pilotos ucranianos formarán parte de la primera promoción del entrenamiento de aviones de combate F-16 ofrecido en el centro que se inaugurará próximamente en Rumanía. Para Zelenski se trata de “una decisión extremadamente importante” tras haber discutido con el presidente Iohannis “cómo acelerar dicho entrenamiento”.

Asimismo, el mandatario ucraniano se ha reunido con el primer ministro de Rumanía, Marcel Ciolacu, con quien además de discutir sobre la seguridad alimentaria y el apoyo de Bucarest en este ámbito, ha discutido sobre un mayor apoyo a la defensa y la cooperación de la industria de defensa.

A todo lo anterior se suma que Rumanía, Turquía y Bulgaria están discutiendo sobre la creación de una fuerza conjunta para limpiar las minas navales en el Mar Negro que comenzaría a trabajar el próximo mes.

Antes de pasar a otras cuestiones, hay que destacar, no obstante, que por primera vez en una de sus visitas oficiales al extranjero desde que comenzó la invasión, Zelenski ha cancelado uno de sus discursos. Más concretamente, el que tenía previsto ofrecer ante el Parlamento de Rumanía, si bien se ha reunido con el presidente del Senado y el presidente en funciones de la Cámara de Diputados. Aunque se desconocen de forma oficial las razones de la cancelación podría deberse a “posibles disrupciones” por los diputados pro-rusos.

Pasando a otras cuestiones, desde Rusia, el ministro de Exteriores Serguéi Lavrov se ha reunido con el secretario general de la Liga Árabe, Ahmed Aboul Gheit, ante la situación entre Israel y Palestina. De este modo, ha incidido en que “Un giro brusco y sin precedentes en la confrontación palestino-israelí reafirma una vez más que el actual status quo en la zona del conflicto es inviable”. Lavrov considera que la solución “más creíble” para terminar con el conflicto pasaría por la creación de un Estado palestino. Maria Zakharova, como portavoz de dicho Ministerio, expresaba que en Moscú “están extremadamente preocupados por la situación en la zona de conflicto” y que “lo importante ahora es establecer un alto al fuego y detener el derramamiento de sangre” con el fin de evitar “nuevas víctimas y prevenir una catástrofe humanitaria en toda la región”.

Por su parte, el presidente Vladímir Putin se ha pronunciado por primera vez sobre esta cuestión durante su encuentro con el primer ministro de Irak, Mohammed Chia Al-Soudani. En particular, ha subrayado que las acciones de Washington “no tuvieron en cuenta los intereses fundamentales del pueblo palestino”, aclarando que se refiere “principalmente a la necesidad de implementar las resoluciones del Consejo de las Naciones Unidas sobre la creación de un Estado palestino independiente y soberano”. Además, ha realizado un llamamiento a las partes en conflicto para que los daños a la población civil se minimicen y reduzcan a cero.

A colación de Estados Unidos, desde Moscú han insistido en que Rusia y China se oponen a las sanciones unilaterales impuestas por Washington “y sus satélites”, calificándolas como una “manifestación de su ira impotente contra el nuevo orden mundial multipolar emergente”. En consecuencia, condenan “los intentos de perseguir su propia prosperidad económica a expensas de otros”.

Continuando con Rusia, pese a sus intentos, no ha salido electa como miembro del Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas para el periodo 2024-2026. En otras palabras, no ha logrado recuperar el asiento que le fue suspendido en abril de 2022 como consecuencia de la invasión de Ucrania. Sin embargo, esto no significa que no haya obtenido votos pues, de hecho, ha recibido 83 de los 193 países miembros que conforman las Naciones Unidas.

Como bien señala Le Monde, tras el ataque a la aldea ucraniana de Groza que se saldó con la vida de 52 personas todas las miradas estaban puestas en la candidatura de Rusia, aunque finalmente han resultado elegidas las de Bulgaria y Albania con 160 y 123 votos respectivamente. Por tanto, se presentaban tres candidaturas para Europa del Este y solo había disponibles dos escaños.

Según el representante de la ONG Human Rights Watch, Louis Charbonneau, “Los estados miembros de la ONU han enviado una fuerte señal a las autoridades rusas: un gobierno responsable de innumerables crímenes de guerra y contra la humanidad no tiene lugar en el Consejo de Derechos Humanos”. En esta misma línea se pronunciaba el embajador adjunto de EE. UU. Robert Wood al expresar que la reelección de Rusia “mientras continúa cometiendo crímenes de guerra y otras atrocidades, sería una mancha horrible que socavaría la credibilidad” de Naciones Unidas.

Para Ucrania, era “absurdo” que Rusia buscase la reelección para el máximo organismo de derechos humanos esta semana, y suponía una “prueba crucial de los esfuerzos occidentales para mantener a Rusia diplomáticamente aislada por su invasión de Ucrania”. De este modo, instaba a sus socios a mantenerse firmes en su compromiso y finalmente así ha sido.

Para concluir, la UEFA ha revocado su decisión de readmitir a los atletas juveniles rusos tal y como pedía encarecidamente Ucrania. De este modo, los equipos rusos no podrán jugar en el campeonato de Europa Sub-17.


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