Un día más, las luchas han seguido tanto en Bakhmut como en Avdiívka, mientras los ucranianos comienzan a entrenar, ya en su propio territorio, con algunos de los nuevos sistemas recibidos de sus aliados, como carros de combate, vehículos de combate de infantería y vehículos de transporte de tropas. En el plano internacional, la polémica del día ha venido dada por la recomendación -que no decisión en firme- del Comité Olímpico Internacional (COI) según la cual debería aceptarse a los atletas rusos y bielorrusos en el futuro, siempre que participen a título individual y se manifiesten contra la Guerra de Ucrania.
Hoy, en relación con la guerra, hemos tenido la oportunidad de asistir a la presentación del Military Balance 2023 en la École Royale Militaire del Armée belge en Bruselas. En el acto, organizado por el doctor Sven Biscop del Instituto Egmont (quien recientemente ha colaborado con nosotros), especialistas del IISS y del CSDS analizaron el impacto del conflicto en el balance militar del continente, atendiendo a factores no solo puramente militares, sino también económicos y políticos.
Entre lo más destacado de las exposiciones, cabe señalar la dificultad expresada por los distintos especialistas en relación con la medición del impacto de la guerra en las capacidades militares rusas. Si bien se ha detectado una importante erosión de las mismas, debido a las grandes pérdidas acumuladas en los últimos meses, por una parte no estaba claro el número total de sistemas, plataformas, armas o vehículos destruidos y por otra, tampoco resulta fácil medir la capacidad de recuperación rusa.
Otro de los temas tocados en el evento fue el relativo al balance militar en la propia Europa, de hecho la razón de ser del acto. La opinión de los ponentes era que se estaba produciendo un fenómeno que hemos remarcado en estos informes en más de una ocasión: el paso del centro de poder de la parte más occidental y central de Europa hacia la oriental.
Esta conclusión no tenía tanto que ver con las capacidades económicas o el peso político de los Estados, como con la inversión militar de algunos de ellos, con Polonia a la cabeza. Un esfuerzo ingente que no solo está llevando a este país a constituir las Fuerzas Armadas más poderosas del continente (en términos convencionales), sino que tarde o temprano será capitalizado en peso industrial-militar, gracias a los retornos industriales, y como consecuencia, político, dentro de la Unión Europea.
Además de lo anterior, se hicieron constantes referencias al apoyo de la Unión Europea a Ucrania, que se considera no solo -o no tanto- insuficiente, como incompleto. Esto quiere decir que desde Bruselas se estaría tratando de atender a las necesidades inmediatas de Ucrania, sin que se tenga muy claro todavía cómo cubrir aquellas que puedan ir apareciendo a medio o largo plazo.
No olvidemos, como también hemos señalado en varias ocasiones, que incluso aunque se llegase a un acuerdo de paz en los próximos meses -y Rusia seguirá teniendo muy pocos incentivos para respetarlo-, habrá que seguir alimentando las necesidades de Ucrania de cara a generar disuasión. Sin embargo, los Estados miembros de la Unión Europea, castigados por el efecto de la crisis económica desatada por la pandemia de COVID-19 y, ya más recientemente, por la inflación provocada por la propia guerra de Ucrania, no parecen en condiciones de responder adecuadamente.
Para ello habría que sobrepasar lo que permiten instrumentos como el European Peace Facility (EPF), utilizado para sufragar material militar tanto letal como no letal o, incluso, lo que se está negociando ahora en torno al programa de adquisiciones conjuntas, un asunto que está provocando no pocos quebradores de cabeza entre las representaciones permanentes de los Estados en Bruselas, el Parlamento, y la Comisión y que todavía deberá ser cerrado en los futuros trílogos.
El riesgo, en relación con este último instrumento e independientemente del resultado que de o del porcentaje de participación de terceros estados que llegue a permitirse, es que termine por ser «flor de un día» y no tenga continuidad ampliándose a otros campos más allá de las compras conjuntas de munición.
Dicho todo lo anterior, el escenario futuro que han planteado todos los participantes es relativamente sombrío en el sentido de que no parece que desde la Unión Europea haya ni la voluntad política ni se den los condicionantes necesarios para revertir completamente esta situación, abundando en la Política Común de Seguridad y Defensa (PCSD).
No al menos a ritmo suficiente como para: 1) sustituir a los Estados Unidos como principal soporte de Ucrania; 2) sustituir a los Estados Unidos como generadores de disuasión convencional frente a Rusia (la disuasión nuclear seguiría basándose en la disuasión extendida que ofrece el paraguas nuclear estadounidense) y; 3) superar el crónico retraso militar europeo invirtiendo una cantidad suficiente en aquellas áreas clave que permitirán librar con garantías las guerras del futuro o, a ser posible, no tener que librarlas.
Por último, algo que se refleja a la perfección en la siguiente gráfica, han alertado del papel que la inflación ha tenido sobre el gasto militar de diversos Estados en los últimos años, un fenómeno que podría ampliarse en este 2023 dados los aumentos de los precios de muchos bienes. Como puede verse, a pesar de que muchos Estados han aumentado en el mismo periodo sus presupuestos de Defensa, lo cierto es que el gasto en términos reales (descontando la inflación) ha decrecido en la práctica.
Dejando ya de lado las conclusiones del evento sobre el balance militar en Europa, que hemos creído necesario compartir con nuestros lectores, pasamos a relatar lo ocurrido sobre el terreno en las últimas horas, comenzando como siempre por el norte del frente, esto es, por la región de Járkov. Allí el único ataque registrado hoy -sin tener en cuenta los continuos intercambios artilleros- se habría producido sobre la localidad de Krokhmal’ne, al sureste de Kupyansk. En torno a Kreminna también se han producido combates, concretamente en los bosques de Serebryanka. También en dirección a Bilohorivka, hacia Siversk y hacia Vyimka desde Berestove. No parece haber cambios de posiciones.
En el área de Bakhmut los ucranianos continúan manteniendo el control sobre la parte más céntrica de la ciudad. Rusia parece haber perdido el «momentum» dada la acumulación de bajas por parte de Wagner Group, lo que hace que los avances, aunque han continuado produciéndose estos días, sean extremadamente lentos en estos momentos, siguiendo los combates casa por casa y edificio por edificio. Todo en medio de continuos ataques artilleros, que han dejado la ciudad reducida a escombros, cuando no de voladuras controladas pensadas para causar bajas al enemigo cuando toma un edificio. Más allá del casco urbano, hoy se ha luchado también en dirección a Orikhovo-Vasylivka, a Bohdanivka, a Ivanivske y ya al sur en Ozarianivka. Precisamente es en la zona del canal en donde se estarían produciendo algunos de los combates más sangrientos, en localizaciones como la de la siguiente imagen.
En torno a Avdiívka, en las últimas horas se han registrado combates en dirección a Stepove, al sureste de la ciudad, a Severne y a Permovais’ke y Nevels’ke. También, ya más al sur, han continuado los enfrentamientos en Mariínka. Precisamente sobre Avdiívka hoy medios británicos han publicado informaciones sobre las pérdidas del 10º Regimiento de Tanques ruso, achacándolas a indisciplina, falta de entrenamiento, tácticas desfasadas e incluso el alcoholismo. Aunque todo ello pueda ser cierto en buena medida, en honor a la verdad es difícil encontrar un relato objetivo en medios del Reino Unido.
Además de todo lo anterior, merece la pena comentar, aunque no hay prueba alguna, que el Ministerio de Defensa ruso ha asegurado hoy haber derribado las primeras bombas planeadoras propulsadas por cohete GLSDB, una noticia cuanto menos curiosa, toda vez que no está del todo claro si se están empleando ya por parte ucraniana o no.
Contexto internacional, diplomacia y sanciones
En cuando al apartado institucional, hoy cabe comenzar con el presidente ucraniano, Zelenski, quien ha participado en la región de Sumy en un acto que celebraba la liberación de la ciudad de Trostyaneks de los ocupantes rusos. En su alocución, Zelenski hizo referencia al carácter de los ucranianos que, según el presidente del país: «es el carácter de las personas que no aceptan la agresión, que no renuncian a lo que es suyo. Este es el carácter de la libertad, que se siente desde el nacimiento y no se olvida hasta el último aliento, hasta el final de la vida».
Además de lo anterior, Zelenski también estuvo supervisando la preparación de las unidades de fronteras ucranianas de cara a una posible invasión futura desde el norte. Así las cosas, se ha podido ver al presidente ucraniano recorriendo las trincheras y puestos fortificados que en los últimos meses se han ido construyendo por toda la parte más septentrional de Ucrania.
En otro orden de cosas, el Jefe Adjunto de la Oficina del Presidente de Ucrania, Ihor Zhovkva, aseguró hoy durante una reunión con un grupo de eurodiputados encabezado por Iratxe García Domínguez que el inicio de las negociaciones sobre la futura adhesión de Ucrania a la Unión Europea supone una inversión en un futuro seguro para esta última. Además, las partes discutieron en detalle la «Fórmula de Paz» de Zelenski, pidiendo Zhovkva a los eurodiputados que facilitaran la participación de sus países en la aplicación práctica del plan de paz ucraniano.
Saliendo de Ucrania para pasar a Francia, hoy la Asamblea Nacional de nuestro país vecino ha reconocido por 168 votos a favor y 2 en contra el Holodomor, que supuso la muerte por hambre de millones de ucranianos en 1932-1933 como un genocidio, uniéndose así a la cada vez más larga lista de Estados que han reconocido este hecho ocurrido durante el mandato de Stalin en la Unión Soviética. Una decisión, la francesa, que ha sido agradecida por buena parte de los principales políticos ucranianos, como no podía ser de otra forma.
Siguiendo con Francia, el ministro de Defensa galo, Sebastien Lecornu ha explicado recientemente que su país aumentará notablemente -de hecho doblará- los envíos de proyectiles de 155mm a Ucrania a partir del próximo mes. Concretamente pasarán de 1.000 a 2.000 proyectiles, un esfuerzo importante dadas las dificultades industriales –lo que está provocando un importante debate político en Francia– pero que, visto con perspectiva, apenas supone que se suministre a Ucrania en un mes el equivalente a las necesidades actuales de munición para 12 horas de combates.
Pasando de Francia a Portugal, hoy se ha sabido que los 3 carros de combate Leopard 2A6 donados por este país a Ucrania ya han llegado al país. Se unen así a los primeros Leopard 2A4 polacos, Leopard 2A6 alemanes y Challenger 2 británicos.
Siguiendo con Alemania, el diario Der Spiegel publicaba hoy que Berlín tiene la intención de aumentar la ayuda total concedida a Ucrania hasta los 15.000 millones de euros. Alemania es uno de los principales donantes tanto de material militar como de todo tipo de ayuda, aunque su papel ha quedado permanentemente opacado por otras cuestiones. Si las medidas planteadas se aprueban, Alemania afianzará su posición como primer sostén de Ucrania, solo por detrás de los Estados Unidos.
Pasando a las ayudas financieras, los Estados Unidos, algunos estados europeos y Ucrania estarían negociando nuevos créditos por valor de 2.500 millones de dólares destinados al pago de salarios de los funcionarios ucranianos, ayudas sociales o pensiones entre otros conceptos. Los fondos serían proporcionados a través del Banco Internacional de Reconstrucción y Desarrollo, así como de la Asociación Internacional de Desarrollo.
En cuanto a Rusia, hoy se ha sabido que el director de la Agencia Internacional de la Energía Atomica, Rafael Mariano Grossi, podría visitar Moscú en los próximos días. La noticia coincide con otra, según la cual Rusia estaría dispuesta a negociar la situación de la planta nuclear de Zaporiyia, algo que no es la primera vez que se comenta, en cualquier caso, aunque por el momento no se ha llegado a ninguna solución adecuada a un problema que va mucho más allá de la guerra de Ucrania por sus potenciales implicaciones.
Siguiendo con Rusia, su ministro de Exteriores, Serguéi Lavrov, ha asegurado hoy que su país sabe por qué lucha, que la geografía y la historia no se pueden elegir y que por eso Rusia no puede dejar en manos de nazis y racistas a los ciudadanos rusos. Según Lavrov:
«Nosotros […] estamos llevando a cabo nuestra operación militar especial precisamente para estas personas que han sido oprimidas en violación de todas las normas y principios internacionales posibles, en violación de todas estas normas en las que se basa la independencia de Ucrania. Ucrania consagró en su Declaración de Independencia que quería ser un estado neutral y no alineado. Prometió garantizar los derechos de todos los rusos y pueblos de habla rusa, así como de otras minorías étnicas. Estaba interesado en vivir en paz, en el espíritu de buena vecindad y armonía con todos sus vecinos. Ahora, todo esto se ha lanzado al viento y a los neonazis, que ahora dirigen el espectáculo en Kiev»
Además de esto, Lavrov ha asegurado que no hay contactos con los Estados Unidos en relación al tratado New Start, mientras que desde los Estados Unidos han anunciado que han interrumpido todos los intercambios de información sobre temas nucleares que llevaban a cambio con Rusia.
Por último, la polémica del día ha llegado a raíz de la última decisión del Comité Olímpico Internacional, institución que ha reafirmado su voluntad de admitir en el futuro a los atletas rusos y bielorrusos, si bien todavía no ha publicado una decisión en firme sobre los próximos Juegos Olímpicos 2024, que se celebrarán en París el próximo verano.
Lo que en realidad no es más que una recomendación ha provocado airadas reacciones desde algunos de los socios de Ucrania, a la espera de la decisión final del COI sobre este espinoso asunto. Todo a pesar de que el ministro de Deportes ucranianos se ha congratulado tras lograr que el Comité Olímpico Internacional pospusiese su decisión definitiva.
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