Con el frente parado a la espera de un nuevo recrudecimiento en los combates en la zona de Bakhmut en los próximos días, la actualidad de la guerra gira en torno una vez más a la cuestión de los stocsk, pero también a los cambios políticos que la guerra está provocando en Rusia, así como en relación con la Cumbre Internacional sobre Seguridad Alimentaria que se está celebrando en Kiev.
En las últimas horas la situación en Ucrania ha sido relativamente tranquila. El país se afana en reparar las consecuencias de la última oleada de ataques rusos que, en el caso de Kiev, todavía provocan que el suministro eléctrico se suspenda durante varias horas al día. Aun así, algo han avanzado, pues el 90% de las viviendas ya tendrían acceso a electricidad.
Dejando a un lado la cuestión energética, hoy se ha vuelto a discutir sobre la situación de los stocks occidentales y la posibilidad de seguir abasteciendo a Ucrania de algunos componentes, pues comenzarían, según algunas informaciones, a sufrir problemas relacionados con el desgaste, por ejemplo de los tubos de algunos obuses. Esto estaría reduciendo la capacidad ucraniana para mantener el ritmo diario de disparos, repercutiendo lógicamente en la situación sobre el terreno.
Si en el caso de los calibres occidentales la situación es asumible y se pueden enviar recambios y más municiones, aunque haya que recurrir a países como Corea del Sur, más difícil es cuando se habla de calibres soviéticos y de recambios que en muchos casos están descontinuados, por lo que no hay forma de reabrir la producción. Aun así, parece que algunas naciones europeas habrían aumentado la producción tanto de estos recambios como de municiones de calibres soviéticos.
Cambiando de tercio, en un conflicto como el ucraniano, con informaciones constantes relativas al frente, rara vez se presta la atención suficiente a otros aspectos, como la política interna de los contendientes, que puede tener un impacto enorme por ejemplo a la hora de condicionar las negociaciones de alto el fuego.
En los últimos meses, se han publicado distintas informaciones que apuntan a cambios de calado en el funcionamiento interno de la Federación Rusa, por más que nominalmente todo siga igual. Esto último es lógico, pues se trata de un régimen iliberal que debe mantener la apariencia de legalidad. Sin embargo, en la práctica se funciona de forma muy diferente, con un papel muy relevante de lo informal y con un reparto de poder real que dista mucho del que figura en los organigramas oficiales.
El asunto aquí es que muchos de los cambios que se aprecian en Rusia tienen connotaciones profundas y se relacionan con el propio presidente ruso, Vladímir Putin y su camarilla. Putin, que siempre ha sido un personaje complejo y sobre el que los biógrafos no se ponen de acuerdo, ha cambiado radicalmente su imagen pública -especialmente de cara a los propios rusos- en los últimos años. Ha pasado de ser vendido al pueblo como un padre de familia honrado y honesto, un tipo sencillo y ascético a intentar que sea visto como un líder a la altura de Stalin, capaz de liderar una guerra de resistencia contra un Occidente hostil que busca la destrucción de Rusia.
Resulta difícil saber si es, al menos en parte, la consecuencia de una evolución personal que le ha llevado de ser el silovik soviético que era a, posteriormente el converso liberal y, más recientemente, un conservador que defiende a ultranza cierta visión del mundo Rusia, de la sociedad e incluso el papel de la religión ortodoxa. Otra alternativa, sería que todo lo que vemos sea en gran parte una representación, obra del Putin crecido en la KGB y llegado al poder de forma inesperada.
Sea como fuere -y sin obviar el impacto de distintos sucesos, como la expansión hacia el Este de la OTAN o crisis como la de Georgia y el Euromaidán hayan tenido sobre su visión del mundo-, lo que está claro es que en los últimos años el personaje ha evolucionado -o involucionado, según se mire- y de su mano lo ha hecho todo el país. En alguna ocasión hemos hablado de la «revolución conservadora» que afecta a una parte sustancial de la sociedad rusa, especialmente en algunas regiones.
Más preocupante es, sin embargo, que cualquier contrapeso a Putin dentro del país y a los argumentos securitarios que están detrás del inicio de la guerra, haya desaparecido en estos nueve meses. Sin embargo, es al parecer lo que ha ocurrido durante el proceso de consolidación de la nueva vertical del poder que está implementando Putin.
De esta forma, únicamente parecen mantenerse en sus puestos aquellos segmentos de las élites rusas que han aceptado los argumentos de la línea dura. No hay más que ver cómo han evolucionado en no mucho tiempo las declaraciones de personajes relevantes como Medvedev -antes tomado por liberal- o el ministro de Exteriores, Lavrov, para ver que los que se mantienen son aquellos que han asumido cada matiz del nuevo discurso.
El gran problema de esta situación entre las élites rusas, al menos de cara a la guerra, es que no hay nadie o apenas nadie en la cúpula rusa que pueda argumentar a favor de volver a una situación cercana a la anterior al 24 de febrero. Además, a la falta de contrapesos hay que unir la ascensión de elementos como Prigozhin –fundador de Wagner y buscado por la justicia estadounidense– o Kadyrov, que han ganado mucho en importancia en los últimos meses dentro de la jerarquía rusa. Todo ello, unido a la negativa ucraniana a negociar ciertas concesiones augura todavía meses de combates e incluso un recrudecimiento de estos en primavera, como venimos anunciando desde hace semanas.
Respecto a lo ocurrido en el frente, en las últimas horas no se han registrado combates en la zona más septentrional del frente, entre Troits’ke, Svatove y Kreminna. Sí que han aparecido informaciones relevantes sobre las obras defensivas rusas en la zona, básicamente largas líneas dobles de trincheras, como se puede ver en la imagen anterior.
Lo interesante aquí es que tras estas líneas no parece ni haber nuevas posiciones, ni posibilidad de instalarlas debido al tipo de terreno. Al menos no aprovechando la orografía en beneficio del defensor, pues se trata en su mayoría de amplias llanuras plagadas de campos de cultivo que pueden ser dominadas desde las alturas al oeste de Svatove. Es decir, que si los ucranianos logran en el futuro romperlas, los avances a partir de ahí podrían ser más sencillos en dirección a Starobilsk. Al menos hasta la siguiente línea de localidades, entre 10 y 15 km al este.
Donde sí se ha combatido es en la zona de Bakhmut. Un día más, las tropas rusas, Wagner y la milicia han lanzado ataques sobre Yakolivka, Soledar, Bakhmuts’ke, el este de Bakhmut y Opytne. No hay cambios, aunque se espera que la situación se recrudezca en las próximas semanas, a tenor del envío de nuevas unidades por parte ucraniana a la zona -como la 30ª Brigada Motorizada- y de las declaraciones de Prigozhin que compartimos ayer. También han aparecido imágenes de la zona de la estación de ferrocarril al noroeste de Gorlóvka que apuntan a que la situación se ha estabilizado, con las tropas rusas instaladas en la zona pero sin haber logrado desde entonces avances.
Contexto internacional, diplomacia y sanciones
Coincidiendo con el día en el que la población ucraniana recuerda a las víctimas del Holodomor, ha tenido lugar la primera Cumbre Internacional sobre Seguridad Alimentaria en Kiev bajo el lema “La valentía alimenta el planeta”. Cumbre, además, ligada al programa humanitario Grano de Ucrania anunciado recientemente por el Gobierno ucraniano y que lanzan formalmente hoy. En esta primera cumbre han participado más 30 países y la UE, que junto con Ucrania han firmado una declaración conjunta.
Este programa, no obstante, no debe confundirse en ningún caso con la Iniciativa de Granos del Mar Negro a través del cual se llevan a cabo las exportaciones de productos agrícolas ucranianos a través del corredor marítimo y sobre la que Ucrania y Rusia firmaron -y extendieron- un acuerdo espejo mediado por Turquía y Naciones Unidas. Por el momento esta iniciativa ha permitido la exportación de alrededor de 12 millones de toneladas de productos ucranianos cargados en casi 500 embarcaciones y para 40 países.
El presidente Volodímir Zelenski durante su intervención ha señalado que el arma nunca más debe emplearse como arma y que “si no fuera por la comida ucraniana, si no fuera por nuestro liderazgo conjunto con nuestros socios, la estabilidad social en regiones como el Norte de África o el Medio Oriente no se habría mantenido”. De igual modo, ha subrayado que Ucrania cumplirá con sus obligaciones de exportación con respecto al suministro de cereales y otros productos alimenticios al mercado mundial.
En esta línea, Dmytro Kuleba, ministro de Exteriores ucraniano, ha hecho hincapié en que “al fortalecer su papel como garante de la seguridad alimentaria mundial, Ucrania demuestra ser una nación fuerte capaz de ganarse a sus enemigos y superar su pasado trágico”. De igual modo, ha subrayado que no permitirán nunca más que nadie les decepcione a ellos o a otros países usando la comida como arma.
En este sentido también se ha pronunciado el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, afirmando precisamente que “Rusia está usando el hambre como arma de guerra contra Ucrania y para crear división y mayor inestabilidad en el resto del mundo”.
Por su parte, el primer ministro, Denys Shmyhal, ha comentado que con la ayuda de los socios de Ucrania estarán en disposición de suministrar grano al menos a 5 millones de personas al final de la próxima primavera. Por el momento han logrado recaudar alrededor de 150 millones de dólares para nutrir la iniciativa gracias a la participación de 20 países. El gobierno de Ucrania por su parte ha destinado 900 millones de grivnas para la compra de trigo y maíz para Sudán, Yemen, Kenia y Nigeria.
La presidenta Ursula von der Leyen ha aprovechado la celebración de la Cumbre para anunciar que la Comisión Europea pagará el envío de 40.000 toneladas de cereal ucraniano a través de dos barcos. Más concretamente, estas toneladas sería el resto de cereal que Ucrania ha puesto a disposición para enviar y la Comisión ha enfatizado que asumirán el coste del envío sea este el que sea.
Gracias a “Grano de Ucrania” se espera que hasta 60 barcos se envíen a los países en África que están al borde de la hambruna en la primera mitad de 2023. Por tanto, la ayuda de los socios permitirá la financiación de los envíos.
De otro lado, hoy también se ha reunido el Triángulo de Lublin integrado por Ucrania, Lituania y Polonia en Kiev. Los primeros ministros de los tres países han discutido sobre ayuda militar y la reconstrucción de Ucrania, han condenado los continuos ataques y crímenes de guerra de Rusia y, además, Shmyhal ha dado las gracias a sus contrapartes por su disposición a intensificar la discusión sobre el camino de adhesión de Ucrania a la OTAN. Al término del encuentro han firmado una Declaración conjunta sobre los resultados logrados hoy, entre las que se incluyen la importancia de la cooperación trilateral en áreas como la cooperación militar y de defensa a través de la OTAN, la ciberseguridad y la lucha contra la desinformación, y la seguridad energética.
Asimismo, el primer ministro de Bélgica, Alexander De Croo, ha visitado Kiev por primera vez desde que comenzase la invasión. Durante su encuentro con las autoridades ucranianas ha confirmado que Bélgica proporcionará más ayuda humanitaria y militar a Ucrania. En particular, De Croo ha asegurado que ayudarán a Ucrania con equipamiento y en las labores de desminado. De igual forma, abogarán por la desmilitarización de la central nuclear de Zaporiyia y la creación del Tribunal Especial para el Crimen de Agresión en Ucrania.
No menos importante es que al igual que han hecho otros representantes al visitar a Zelenski en Kiev, el primer ministro belga ha firmado una declaración conjunta en la que expresa el apoyo de Bélgica para que Ucrania obtenga la membresía tanto de la UE como de la OTAN.
Sobre la ayuda militar sí ha habido confirmación por parte de Luxemburgo del envío de 150 drones Primoco Oneproducidos en República Checa a Ucrania.
Desde el Reino Unido han aseverado que entrenarán a 10 tripulaciones ucranianas para que estén en disposición de usar los helicópteros Sea King que también están enviando.
Del lado de Rusia, Serguéi Lavrov, ministro de Exteriores, ha comentado hoy: “El pueblo ucraniano será liberado de los gobernantes neonazis. Merece vivir en buena vecindad, amistad, prosperidad al lado de sus hermanos eslavos”.
Por último, se ha producido otro intercambio de prisioneros. En particular, 12 soldados que defendieron Mariúpol, la planta de Chernóbil y la Isla de las Serpientes han vuelto a sus hogares. En total, esta semana se ha logrado recuperar a 98 combatientes, si bien no se conocen los datos sobre los prisioneros rusos que se habrían intercambiado.
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